El dueño afirma que esto es legal, que no supera el peso que puede soportar la estructura y que se ahorra 70 euros al mes en invierno y puede arreglar su embarcación en casa. 🤔
Las imágenes publicadas en las redes sociales han sorprendido a muchos vecinos y dejaron a la alcaldía sin saber cómo responder, ya que no hay una normativa específica para este caso.
Sin embargo, el dueño explica en las redes sociales que durante los cinco meses de invierno, cuando no usa la lancha, ahorra el costo de alquilar un amarrador en el puerto o una boya, y además, tiene a mano las herramientas para arreglarla.
¿Podría ser hora de revisar las regulaciones municipales sobre lo que se puede tener en una terraza, o mejor incluso de examinar los precios exorbitantes de los amarres?